Reforzar diariamente el compromiso con el propósito de tu vida. Dedicar tiempo a ello. Dedicar todo el tiempo. Entregarse a ello. En lo general y en lo concreto. Trabaja. Haz.
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El pensar engaña. El sentir, no. Puedes pensar lo que te dé la gana pero aquello que sientes, es lo que hay. Y con eso sí se puede empezar a trabajar.