Hacemos cualquier cosa menos parar por miedo a que aflore la angustia. Párate a ver que es esa angustia, de qué está hecha y por qué está ahí. No la ocultes, exprésala, vívela y suéltala.
Este espacio se ha concebido para entrar en paz. No importa qué ni cuánto se lea aquí. Sólo importa, en todo caso, que sea leído despacio, con calma, desde el corazón...