Ríete del personaje que crees que representas. Míralo, descúbrelo, reconócelo, compréndelo y toléralo. Ríete…
Este espacio se ha concebido para entrar en paz. No importa qué ni cuánto se lea aquí. Sólo importa, en todo caso, que sea leído despacio, con calma, desde el corazón...