La Luz no se puede manipular por los pensamientos, simplemente es. Los pensamientos solo pueden obstruir su paso, no dejando ver su presencia. Los pensamientos no son nada. La Luz lo es todo. La presencia de la Luz es la presencia de Dios.
Este espacio se ha concebido para entrar en paz. No importa qué ni cuánto se lea aquí. Sólo importa, en todo caso, que sea leído despacio, con calma, desde el corazón...