24 - 06 - 09





Trabajar no sólo dignifica. Armoniza y fortalece.




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Entregado al arte de dominar los pensamientos. O mejor dicho, tratando de superar los obstáculos de la pereza, en la aventura de ir al origen del dolor.


Un dolor de entrañas que necesita de todo ese pensar y divagar para ser resuelto, ocultado o ligeramente aliviado.


No se soluciona con pensarlo. Para resolverlo, Verlo. Admitirlo y sentirlo. Trascenderlo.