07 - 06 - 09





Veinticinco años se cumplen del día de tu marcha.
No fue el día más trágico de mi historia porque mucho tiempo antes ya sabía que te ibas a ir.
Siempre he llorado tu pérdida. Casi siempre en silencio.
Pues para no llorarla a voz en grito, construí la coraza más grande del mundo.
Por no protestar más por tu falta, protesté por todo lo demás a la vida.
Maldije a todos y a mi mismo. Y a Dios.
Para no sentir más pena, quise olvidar.
Yo siempre quise irme contigo.
Yo siempre quise irme contigo.
Yo siempre quise irme contigo.
Yo no quería que me dejaras aquí.
Quiero que sepas que siempre quise irme contigo.
Y quiero que sepas que te entiendo.
Entiendo que te fueras.
Yo también quiero irme muchas veces.
Yo también.
También sé que tú no querías dejarnos.
Lo último que querías era dejarnos.
Y a veces he visto que siempre estás aquí.
A veces he visto que siempre estás aquí.
Aún queda dolor dentro.
Aún queda.
Pero a veces veo que siempre estás conmigo.
Quiero entender que la herida que nunca cicatriza es la puerta de mi salvación.
Que es el camino que recorro hacia el amor porque es el camino hacia ti.
El dolor es la distancia que hay entre nosotros.
Si no estoy contigo nada tiene sentido.
Yo contigo, mama, siempre.
Yo contigo, mama, siempre.