Todo ruido se origina en el silencio y se disuelve en él…
Un ruido se escucha durante un tiempo con una tonalidad y un volumen determinados, y desaparece para no volver jamás…
El silencio, sin embargo, está siempre presente…
Los ruidos son fugaces; por más grandes o pequeños que sean o por más valor y atención que les que queramos dar, nacen y mueren en silencio…
¿No es entonces más real y auténtico, algo que siempre está presente, que aquello que es efímero?
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Prestando nuestra atención al silencio, los ruidos dejan de tener valor…
Esto es algo incomprensible para la mente, pero es posible estar en silencio en medio del mundanal ruido…
Desde la paz insondable del silencio, se escuchan y son bienvenidos todos de los sonidos…
Esto es, simplemente, que independientemente de las circunstancias, se está en paz…
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Desde el silencio, todo sonido, no es si no una nueva y maravillosa expresión de la realidad…
No importa cuanto tiempo haya sido uno alejado de sí mismo absorbido por los ruidos de la vida…
Tarde o temprano, todo vuelve siempre silencio…
Pero si queremos ahorrar tiempo y sufrimiento, la solución no es quedarnos sordos…
La solución, si queremos dejar de oir el ruido del drama humano, está en situarnos ahí donde el silencio es…
